Durante la adolescencia compartía mi tiempo, entre la escuela, los deportes náuticos y la pintura. Fue así como a través del deporte me hice al paisaje y lo hice parte de mi. Mi entusiasmo por la pintura me llevó a estudiar en algunos talleres en los cuales pude mejorar la expresión plástica, que en un principio fue autodidacta. En esa época, participé en concursos y exposiciones colectivas, pero el entusiasmo y creatividad en esa época las enfoque al universo de la cerámica. El diseño cerámico fue el vínculo con el mundo de los artesanos, desarrollando en la cerámica, mi producción artesanal. La vida me fue llevando por distintos caminos pero siempre conservé el gusto y la necesidad de expresarme a través de la pintura figurativa, también la admiración por los impresionistas, Sisley, Monet, Pissarro, y entre los nuestros, Fernando Fader del que rescato sus palabras "Yo no miro sino como pintor. Cuando miro la naturaleza, una piedra, un tronco de árbol, o una vaca, lo miro ya pintado, vale decir, impregnado por mi espíritu pictórico" En la tarea disfruto al transfigurar el paisaje objetivamente expuesto, plasmando en la tela lo insondable de la luz, en los colores del escenario natural, los contrastes, reflejos y sombras, son todos elementos recurrentes en mis cuadros, que evoca el paisaje, la vegetación exuberante, la naturaleza... en última instancia homenajear a ese ámbito donde el hombre va dejando su huella en la gran obra del Creador |